- Año 4000 a.C: los primeros indicios datan del Neolítico donde comenzaron a realizar flebotomías, con la intención de limpiar su organismo a través de una hemorragia supuestamente revitalizante. Se utilizaban copas de succión o incluso sanguijuelas.
- Siglo XVII: Richard Lower se convierte en el padre de la terapia intravenosa al ser el primero en realizar una transfusión sanguínea.
- Siglo XIX: invención de la aguja hipodérmica capaz de infundir fármacos a través de esta.
1930: aparecen los primeros productos plásticos en el mercado.
1945: se llevó a cabo la canalización de la primera vía central. El ingeniero español Manuel Jalón Corominas inventó la aguja hipodérmica desechable.
1950-60: Se desarrollaron las agujas y catéteres para mantener canalizada una vena. Se comercializa el primer catéter de PVC, el primer dispositivo desechable de PVC y aparece el teflón, que fue una revolución en su tiempo, ya que mejoraba la inserción en la vena.
- 1970: Ada Plumer escribe Principles and Practice of Intravenous Therapy, libro que se considera la “biblia” de la terapia intravenosa.
- Procedimiento de los accesos vasculares
La utilización de dispositivos intravasculares (DIV) percutáneos para la administración de fluidos, productos sanguíneos o fármacos, así como para la monitorización hemodinámica, se ha convertido en un componente esencial de la medicina moderna en los pacientes hospitalizados.
El procedimiento consiste en insertar un tubo de plástico estéril flexible y delgado llamado catéter mediante una punción con una aguja en el interior de un vaso sanguíneo para permitir la realización de múltiples aplicaciones como la extracción de sangre, transfusiones, fluidoterapia, administración de medicamentos o nutrientes al torrente sanguíneo por un período que puede varias de semanas, meses o hasta años, dependiendo de la patología del paciente y su estado.
- Tipos de Canalización:
La inserción de un vía intravenosa (IV) simple se define como la canalización de una vena periférica del paciente con fines diagnósticos o terapéuticos. Es eficaz en el corto plazo, pero no es conveniente para uso a largo plazo.
Cuando una vía IV es necesaria por una período de tiempo más largo o se necesita un acceso venoso más seguro, se puede usar un catéter especial, que en general es más largo, llamado catéter venoso de acceso central (CVC). Consiste en la canalización de una vena de mediano o gran calibre, cuando la punta del catéter se sitúa en la desembocadura de la vena cava superior, inmediatamente antes de entrar en la aurícula derecha.
Las vías centrales son accesos venosos que se caracterizan por tener una alta capacidad de hemodilución y permiten la distribución rápida de fármacos. El catéter puede permanecer colocado ya sea temporalmente (días) o a largo plazo (de semanas a años) de tal manera que se pueda acceder al mismo de forma fácil y repetida durante el período de tiempo que sea necesario, sin tener que hacer punciones repetidas en la piel del paciente.
Para un acceso a largo plazo, el catéter generalmente se tuneliza parcialmente o se implanta completamente por debajo de la piel para disminuir el riesgo de infecciones.
Para más información acerca de los tipos de catéteres, podéis consultar esta infografía ilustrativa de cada tipo de catéter y recordar sus características principales.
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